Ni siquiera se esconden, se
cometen fraudes con descaro y a las vista de todo el mundo. Cualquiera diría
que es una corrupción tolerada por los organismos que deberían de vigilar
que no se produzca. Es lo que se desprende de las declaraciones de un
conocido político en referencia al uso de las tarjetas opacas de los directivos
y consejeros de la Caja
o entidad bancaria del engaño de las preferentes. Cerca de un centenar de
respetables personajes gastaban dinero caprichosamente y sin más control que el
de sus conciencias, y como, o no tienen conciencia o la ignoran, pues no hay
nada pudiera detenerles en la utilización de esas tarjetas especialmente
diseñadas para ellos. Y este presunto fraude millonario ha sido cometido a lo
largo de algún tiempo, por muchas personas y sin que falten políticos de
distintos colores.
Pues sí, esta es una casta muy
especial que se gastaba con mucha alegría y generosidad el dinero que les
robaban a los pobres…Y además dejando agujeros que el Gobierno ha tapado con
dinero de todos los españoles.
Un caso de corrupción disimula
otro, y cada día sale uno nuevo. Se dan de todos los tipos y cometidos por
personajes que siempre nos parecieron honrados. Pero parece que la honradez,
hoy, es la excepción y no la regla, y quien sigue siendo honrado es porque no
se le ha presentado ocasión para dejar de serlo. Y cerca del poder y del
dinero, hay tantas oportunidades y tantas tentaciones.
Y no podemos menos que
preguntarnos: ¿queda alguna parcela de poder en este país que no esté podrida?
Se habla de la regeneración de la política y la vida pública, ¿qué harán con
tantos sinvergüenzas y degenerados? ¿Qué esperan, qué se cambien a sí mismos?
Es más fácil que hagan copias para que no se pierda la especie. En el fondo, da
la impresión que se sienten orgullos de sus hazañas.