lunes, 31 de marzo de 2014

LA FACTURA DE LA LUZ


Como si supiésemos algo de las eléctricas, ahora pretenden que aprendamos a consumir por hora. Que estemos pendientes de cuando la luz es más barata. Añadirle más dificultades a la factura para entenderla. Y todo porque las eléctricas no quieren renunciar a seguir obteniendo los más altos beneficios y el Gobierno por querer justificar lo injustificable. Se le añaden conceptos a la factura de forma que aunque las cifras sean más altas, dé la impresión que los más beneficiados son los pobres, que son los que menos entienden los “conceptos”. Ni siquiera si les cobran impuestos sobre impuestos o les cobran más de la cuenta. Algo así como si, a pesar de tanto celo, la tarifa la hiciesen a ojo de buen cubero. Después, dicen, que el dinero cobrado de más lo devuelven. Imaginamos que con intereses incluidos.

Nos ofrecen la posibilidad de negociar con las eléctricas para conseguir mejor servicio y mejores precios. Pero si ya nos han engañado tantas veces, que nos dan miedo las explicaciones, los papeles y estampar nuestra firma aún conociendo el documento. Puede que nuestra desconfianza sea exagerada. Sin embargo, hay que admitir que nuestro país esta lleno de engaños a los más débiles. En una negociación siempre pierde quien menos dinero tiene.


La único que tenemos claro, es que o pagas o te cortan la luz. Y no te dejan ni una bombilla para disipar la oscuridad de la casa. Porque esos son los nefastos tiempos de la dictadura, que no es bueno recordar ni copiar.